En el mundo corporativo, la confianza es el motor invisible que impulsa equipos y proyectos. Aunque entender sus componentes parece sencillo, mantenerlos en equilibrio es todo un arte, especialmente en ambientes llenos de distracciones y altos ritmos de trabajo.
Además, si hay un momento de crisis en la organización, que lo habrá seguro, si esa confianza no se ha construido anteriormente, cuando estemos inmersos en la urgencia, no habrá tiempo en construir confianza, solo en resolver, y si las personas no confían las unas en las otras, ¿qué tipo de decisiones se tomarán?
Hay tres pilares que sostienen la confianza:
1. **Autenticidad**: Cuando las personas sienten que estoy siendo genuino, que muestro mi verdadero yo sin máscaras, es mucho más probable que confíen en mí. Por cierto, es imposible gustar a todos, siempre habrá quien no conecte conmigo.
2. **Lógica sólida**: Si perciben que mi razonamiento es coherente y que puedo comunicar mis ideas con claridad, la confianza se fortalece.
3. **Empatía**: Si demuestro que realmente que los demás me importan, que entiendo sus perspectivas y emociones, la confianza florece.
Si uno de ellos flaquea, la confianza se ve amenazada.
Cada uno de los pilares de la confianza tiene su punto de fallo
Es lo que más comúnmente flaquea. Las personas perciben rápidamente que nuestras mentes están en otro lugar, (mirar el reloj, o mirar a nuestro alrededor). Vivimos rodeados de distracciones que nos alejan del aquí y ahora y en la empresa es fácil posponer el tiempo y espacio que la empatía requiere cuando tenemos una lista interminable de tareas. En definitiva, lo que posponemos es a las personas, anulamos reuniones, llegamos tarde etc.
La receta es sencilla: identifiquemos cuándo y con quién tendemos a distraernos. Dediquemos atención a quienes nos rodean, la empatía requiere presencia.
Que no es otra cosa que todo nuestro conocimiento y saber, puesto en práctica, puede flaquear de dos formas:
➤ Calidad de nuestra lógica: Si nuestros conocimientos o argumentos no son sólidos, es difícil que otros confíen en nosotros. Afortunadamente, esto ocurre poco, pues las personas se forman continuamente y la experiencia es un grado. Pero puede ocurrir que cuando las personas en las organizaciones son ascendidas o promocionadas rápida y sucesivamente, al final estás tan alejado de lo que sabias hacer muy bien y motivo por el que entraste en la empresa, sin tiempo suficiente para adquirir las nuevas habilidades y conocimientos que ya no te sientes seguro.
➤ Habilidad para comunicar: A veces, aunque tengamos buenas ideas, si no sabemos expresarlas claramente, perdemos esa confianza.
Receta para el éxito: Practica una comunicación clara y directa. Evita los rodeos. Llega al punto con transparencia.
Es quizás el más desafiante. Las personas, tenemos un radar innato para detectar cuando alguien no está siendo auténtico. A lo largo de mi carrera, he sentido la tentación de ajustar mi forma de ser o de comportarme para encajar (todos lo hemos hecho). Conocerse a uno mismo está bien. Soy una persona que disfruta tanto de la compañía como de momentos de soledad para recargar energías, tengo una moto que me compré en 2004 y la sigo usando todos los días, suelo vestir más o menos igual todos los días y me da seguridad.
Sobre el autor
Coaching ejecutivo y organizacional, Engagement y Psicología Positiva en las organizaciones.
Acompañando a personas en las empresas para enfrentar desafíos y aumentar sus habilidades y desempeño y me gusta hacerlo con humor y alegría.
Un consejo: «Si tratas de resolver un problema en solitario, sin compartir ideas, la probabilidad de equivocarte es mayor»
Jose A. Muñoz
Fluicidad