Las mudanzas suelen considerarse uno de los principales factores estresantes de la vida, y la mudanza del negocio es una de esas cosas que ponen a prueba a todas las personas que integran la organización y es que si perciben la mudanza como una oportunidad para mejorar y crecer, es probable que se muestren más entusiastas y unidos en el proceso. Sin embargo, si ven el cambio como una fuente de incertidumbre y estrés, podría afectar negativamente su moral y colaboración.
Hacer la mudanza de un negocio es un proceso que implica varias etapas y mucha planificación para asegurar que todo se realice de forma eficiente y sin contratiempos.
La mayoría de las organizaciones se centran en los aspectos prácticos, pensando estratégicamente en los costes asociados a la mudanza y en cuál será la opción más fiable y asequible, en este caso contar con una buena empresa de mudanzas, (aquí te dejo una de confianza "Mudanzas el pato"), es el primer paso.
Pero hay que tener en cuenta algo más que los costes y la logística.
Las personas que normalmente se llevan bien pueden encontrar que su paciencia se pone a prueba.
En el mismo momento que se anuncia la intención de trasladar el negocio a un nuevo espacio, las personas se ponen en guardia y su mente empieza a llenarse de preguntas y preocupaciones:
• ¿La nueva ubicación implicará un trayecto más largo o complicado al trabajo? y ¿Cómo afectará eso a mi familia y tiempo personal? No olvidemos que hay que llevar a los niños al colegio, a las extraescolares, ir al gimnasio o cualquier otra actividad en tu tiempo personal que se podría ver afectada.
• ¿El traslado implicará cambios en mis funciones o incluso poner en riesgo mi puesto de trabajo?
• ¿afectará a todo lo que tengo en marcha con los clientes y los proyectos?
• ¿Cómo vamos a mover todo esto?
• La comunicación puede volverse menos eficiente durante la transición, afectando la coordinación de las personas.
• La interrupción de las rutinas establecidas puede causar retrasos en proyectos.
Para algunos empleados, dejar un lugar donde han trabajado durante mucho tiempo puede sentirse como una pérdida, especialmente si tienen fuertes lazos con el entorno.
Todo esto puede aumentar la tensión entre los miembros del equipo, lo que podría generar conflictos o malentendidos
Al principio de estar en la nueva ubicación, es habitual:
• Notar un aumento en los errores y descuidos en las tareas.
• Mayor cantidad de ausencias y tardanzas.
• Cambios en el estado de ánimo de las personas, tales como irritabilidad, frustración o cambios de humor abruptos.
• Quejas frecuentes sobre el nuevo entorno de trabajo.
• Dificultad para cumplir con los plazos.
• Solicitud de más tiempo libre.
Algo que nadie tiene en cuenta es el impacto que tiene en las relaciones de las personas el nuevo espacio, y la nueva distribución física del espacio
El nuevo espacio puede modificar la forma en que los miembros del equipo interactúan, afectando las relaciones laborales y la comunicación informal que contribuye a la cohesión.
Departamentos que antes estaban juntos y compartían muchos momentos, ahora pueden estar separados y distantes físicamente, lo que impacta en la confianza y colaboración entre ellos y fomentar la cultura de Silos aislados.
La nueva distribución de las mesas, separa a personas que ya estaban acostumbradas a compartir espacios e intimidad y junta a nuevas personas con las que se han de establecer nuevas normas y límites.
Y cabe la posibilidad de que algún compañero debido a la mudanza, decida marchar y buscar un nuevo trabajo, lo que puede afectar emocionalmente al resto de personas de equipo.
A pesar de los desafíos iniciales, la mudanza puede ser una oportunidad para fortalecer la cohesión intra-equipos e inter-equipos a largo plazo, ya que los empleados pueden aprender a trabajar juntos en nuevas circunstancias, superar obstáculos comunes y desarrollar una mayor flexibilidad.
Para que este proceso de adaptación puede fomentar un sentido renovado de unidad y colaboración, lo que a su vez puede mejorar la comunicación, la confianza mutua y la efectividad general del equipo:
• Mantener líneas de comunicación abiertas para que los empleados expresen sus preocupaciones y se sientan escuchados.
• Crear nuevas experiencias y memorias positivas en el presente para reducir el impacto de los recuerdos nostálgicos.
• Implicar a las personas en algunas de las decisiones (decoración, distribución del espacio, etc,) para que lo sientan más suyo.
• Comunicación clara y constante con empleados y clientes sobre los cambios y beneficios de la mudanza.
• Mostrar paciencia y comprensión para que puedan adaptarse a las nuevas rutinas y al entorno de trabajo, sin acudir a medidas sancionadoras, ni amenazas.
• Organizar actividades y eventos en las nuevas instalaciones.
• Invitar a los clientes a que visiten el nuevo lugar.
Es un buen momento en el que poner imaginación con el objetivo de aprovechar la oportunidad para fortalecer la organización a través del nuevo espacio y sobre todo a través de las personas.
Sobre el autor
Coaching ejecutivo y organizacional, Engagement y Psicología Positiva en las organizaciones.
Acompañando a personas en las empresas para enfrentar desafíos y aumentar sus habilidades y desempeño y me gusta hacerlo con humor y alegría.
Un consejo: «Si intentas resolver un problema en silencio, la posibilidad de cometer errores es muchísimo más alta»
Jose A. Muñoz
Fluicidad
Red Internacional educación emocional i bienestar
Socio Fundacional
Sociedad española de Psicología Positiva
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